8.05.2009

Números




Aún no entiendo como algo puede viajar tán rápido y terminar en mi cabeza rebotando de un lado a otro, en forma de cuatro o cinco palabras que cuando toman forma y me las imagino me recuerdan lo lejos de donde vienen. Compré un fechador para medir los días y llevar la cuenta de los que han pasado o de los que faltan. No importa que no sepa qué es lo que viene, ni cuándo el numero anunciará que ese es el día. Eso es lo que hacemos nosotros, medir, medir y medir hasta lo que no se puede, al extremo que hasta decirlo se escapa la cacofonía. Lo bueno es que entre tantas cosas yo sólo mido los días. Mientras llegue la hora de girar ese numerito me envuelvo en mi telaraña de ideas. En esa a veces se pegan las palomillas y otros bichos que revoloteando me sacuden todito. Lo bueno es que tengo los números para ponérselos y liberarlos de su revoloteo irritante. Para que se espanten y vuelvan mañana.

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